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Análisis de la Propiedad Privada: enfoque Marxista y Neo-liberal

En el medio en que vivimos el trabajo es una forma de supervivencia tanto individual como de la sociedad, ya que este factor nos permite producir bienes y servicios que utilizan todos los miembros de la sociedad, incluyendo al individuo como tal. A cambio de este trabajo cada individuo recibe cierta remuneración y a partir de esta remuneración el individuo puede decidir cómo invertirla, en este caso en propiedad privada; lo cual se traduce en la apropiación de los bienes materiales creados en la producción. El carácter de la propiedad se determina en función de quienes son los poseedores de tales instrumentos y medios.

En una sociedad primitiva donde las herramientas, los materiales y las condiciones necesarias para la producción en general son escasas, al ser tan pocos individuos, estos crean una sociedad en la cual utilizan el modo de producción para crear propiedad que se traduce en propiedad colectiva, en la cual todos son dueños de la misma y tienen el derecho de ejercer poder sobre ella.

En algún punto de ese régimen colectivo, aparece un individuo que se transforma en el líder y dirige la comunidad. Es entonces cuando este líder se apropia de todos los aspectos del modo de producción, incluyendo a los individuos trabajadores, convirtiéndolos en esclavos y miembros de su propiedad.

Sin embargo, la acumulación de capital presupone la plusvalía, la plusvalía la producción capitalista y ésta la existencia en manos de los productores de mercancías de grandes masas de capital y fuerza de trabajo.[1]

Dicho así, este régimen se desfragmenta y la propiedad ya no es de todos los individuos, sino del líder o dictador, quien ahora es propietario de todos los medios de producción, incluyendo la fuerza de trabajo de los trabajadores, y de todas las ganancias que estos produzcan.

La primera forma de explotación del hombre por el hombre en la historia de la humanidad es la sociedad esclavista. La esclavitud va surgiendo con las conquistas a otros pueblos, su sometimiento y saqueo consecuente en donde el botín más importante es la fuerza de trabajo. Nace el estado como mecanismo de represión para los esclavos, y con ella las normas y jurisdicción. Después surge el modo de producción feudal, en el cual la economía tenía carácter natural en lo fundamental y básico, es decir los productos del trabajo se destinaban en su masa principalmente al consumo personal y no al cambio. Sin embargo, una parte de la producción era destinada al señor feudal.

Posteriormente se llega a un punto en el que el enfoque principal de la sociedad es el capitalismo, empiezan a surgir monopolios a partir de la propiedad privada.

Desde el punto de vista neo-liberal la propiedad privada se ve tan sólo como una relación entre los hombres y las cosas, relación concebida como perpetua e inmutable, la teoría marxista considera la producción como la relación fundamental de progreso y evolución entre los hombres y entre las clases sociales, la relación se expresa a partir del trato que se da entre ellos y las cosas, y se modifica en consonancia con las cambiantes condiciones económico-sociales de vida de la sociedad humana y alienta a la explotación es la que se da sobre los medios de producción.

La distribución del valor se reduce en el modo del producción en el cual el trabajo humano, apoyado por la maquinaría y todas las herramientas crean una ganancia en la cual hay una acumulación de capital para el productor y un salario básico para los trabajadores.

Para los neo-liberales el salario se ve apoyado por la meritocracia, en la cual cada uno recibe lo que trabaja, el cual se ve determinado por el tiempo de trabajo humano. Esta posición difiere de la visión marxista, en el cual el asalariado recibe lo que el propietario designe y es sólo lo suficiente para su supervivencia diaria, que está determinado por lo mínimo que pueda comer un trabajador sin morir de hambre, pero que no es justa en la medida en que parte de sus horas de trabajo genera plusvalía la cual se traduce en las ganancias de los propietarios y por tanto en la acumulación de su capital.

Por ejemplo, el esclavo, el siervo, el trabajador asalariado reciben todos una cierta cantidad de alimentos que les permite existir como esclavo, siervo o asalariado[2].

Desde la perspectiva marxista, el modo de producción del capitalismo industrial conducirá a la abolición de la propiedad privada sobre los medios de producción, no sólo por la rebelión de los oprimidos sino por la propia evolución del capitalismo, en el que la progresiva acumulación del capital determinaría la necesidad de nuevas relaciones de producción basadas en la propiedad colectiva de los medios de producción.

El marxismo habla de anular la propiedad de los medios de producción en cuanto ella está realizada por el trabajo social, y no puede pertenecer a nadie privadamente, ya que tal situación configura un poder en manos de un sector que determina la explotación de otro. Por el contrario el neoliberalismo tiene por fundamento el principio de respeto a la propiedad privada, lo que quiere decir que ningún hombre o institución tiene el derecho de despojar las pertenencias de otro sin su previo consentimiento.

En una empresa donde lo que impera son las jerarquías sociales vemos como el propietario, dueño de toda la producción puede ser visto desde ambos enfoques. Por un lado, los neo-liberales ven el hecho de su propiedad como un resultado del esfuerzo hecho por las generaciones anteriores, en el cual la acumulación de capital es el resultado del paso del tiempo sobre el trabajo hecho por sus antepasados y por tanto meritorio.

Por ese hecho los marxistas ven que ellos se sienten justos poseedores de la composición orgánica del capital, tanto constante (maquinarias) como variable (fuerza de trabajo), utilizando este discurso como un velo ideológico, detrás del cual se puede ver que el propietario tiene la única intención de la acumulación progresiva de su capital sin importarle las consecuencias que conlleve. Para llegar a generar esta plusvalía, es necesaria la explotación de los trabajadores, llevando el capitalismo a su autodestrucción. Esto sucede porque el poder opresor busca la maximización de beneficio propio, mas no la maximización de beneficio en un argumento social sino en un argumento individualista, haciendo el circulo burgués cada vez más reducido.

Las armas de que se sirvió la burguesía para derribar el feudalismo se vuelven ahora contra la propia burguesía. Pero la burguesía no ha forjado solamente las armas que deben darle muerte; a producido también a los hombres que empuñarán esas armas: los obreros modernos, los proletarios, que no viven sino a condición de encontrar trabajo, y lo encuentran únicamente mientras su trabajo acrecienta el capital.[3]

Los neo-liberales piensan que la propiedad privada de los medios de producción en modo alguno no constituye un privilegio que beneficie exclusivamente a los capitalistas; es al contrario una institución que permite progresar a la sociedad y, por ende, beneficia a todos los componentes de la misma. En tal sentido sus contrarios los marxistas, aseguran el socialismo podrá instaurarse únicamente cuando el mundo capitalista esté ya <> para el cambio debido a que ningún sistema social desaparece mientras <>, reconocen que, al menos de momento, es indispensable la propiedad privada.[4]

En conclusión el neo-liberalismo y el marxismo difieren en muchos aspectos señalados anteriormente, los cuales se evidencian en la propiedad privada sobre los medios de producción, reflejando toda la actividad económica dentro de la sociedad actual. Para los neo-liberales se fundamentan principalmente en el concepto de que debe haber una propiedad privada y que cada quién llega a ella por sus propios medios. Para los marxistas la propiedad privada sobre los medios de producción representa una forma de explotación en la cual el propietario sólo busca la acumulación de capital sacando beneficio de dicha explotación y es una dinámica totalmente injusta y es necesario un giro de ciento ochenta grados.



[1] MARX, Karl. El Capital. Capítulo XXIV: La llamada acumulación originaria.

[2] MARX, Karl. Contribución a la Crítica de la Economía Política. Capítulo I PRODUCCIÓN, CONSUMO, DISTRIBUCIÓN, CAMBIO. Siglo XXI editores.

[3] MARX, Karl; ENGELS, Federico. Manifiesto del Partido Comunista. Capítulo I: Burgueses y Proletarios.

[4] VON MISES, Ludwig. Sobre Liberalismo y Capitalismo I. El liberalismo, <>. Barcelona: Folio, 1996. 183 p.

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