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La Solidaridad Orgánica


En un mundo en el que a veces parece que todo está ya dicho, realmente muy pocas veces llegamos a cuestionarnos aspectos fundamentales del mismo. ¿De qué modo una reunión de individuos puede formar una sociedad? ¿Cómo puede realizar esa condición de la existencia social que es un consenso? ¿Cuáles son las consecuencias de ese consenso? El propósito de este ensayo es intentar dar respuesta a estas preguntas a través de un análisis de la solidaridad orgánica, desde su definición hasta sus efectos y aplicaciones en la sociedad actual.

Antes de Durkheim se caía en el error de analizar aspectos del comportamiento humano biológicos y psicológicos, como la regularidad de ejercer acciones como beber, dormir, comer, razonar (1999: 38), pero sin tener en cuenta las trascendencia y función cohesionada de estos. Es entonces cuando se evidencia una de las herramientas de estudio de la sociedad: La división del trabajo. Esta nació espontáneamente, del descubrimiento de algunos y de la imitación de otros. Mientras unos están conscientes de su necesidad, otros incluso la niegan. Pero aún así recurren a ella, y no imposición externa sino porque les conviene. Aunque se les aparezca como algo dado e impuesto por las costumbres sociales, sólo basta que dejen de utilizarlo para darse cuenta de lo beneficioso que es. Es un producto de la mente humana, y es un medio al que recurren los individuos que interactúan en una sociedad buscando superar las condiciones naturales.

Esta división del trabajo, así como tiene sus causas, tiene sus efectos, el más notable no es que se aumente el rendimiento de las funciones divididas, sino que hace a las sociedaes más solidarias (Durkheim, 1967: 58). La solidaridad se puede definir como la condición o sensación de unidad que se basa en metas, intereses o simpatías comunes entre los miembros de un grupo.

En la antigüedad, cuando los individuos eran más similares, es decir, cuando una sola persona realizaba muchas actividades diferentes y, en la sociedad, la mayoría de ellos realizaban estas mismas actividades, la solidaridad se daba de una manera mecánica, es decir por similitud. En este caso los individuos difieren poco entre sí. Los miembros de una misma colectividad se asemejan por que tienen los mismos sentimientos, porque adhieren a los mismos valores, y porque reconocen las mismas cosas sacras. “La llamamos así únicamente por analogía con la cohesión que unen entre sí los elementos de los cuerpos inanimados por oposición a la analogía que une a los cuerpos vivos… El individuo no se pertenece, es literalmente una cosa de la que dispone la sociedad” (Durkheim, 1967: 100).

La toma de conciencia de la individualidad se desprende del propio desarrollo histórico. En las sociedades primitivas, cada uno es lo que son los otros; en la conciencia de cada uno dominan, tanto por el número como por la intensidad, los sentimientos comunes a todos, o sentimientos colectivos. Cada uno de los actos, y sobre todo si se trata de ritos religiosos, está definido con precisión. Lo que debe hacerse y lo que corresponde creer, aparece impuesto por la conciencia colectiva. La sociedad es coherente porque los individuos aún no se han diferenciado, y lo que logra ese consenso es la religión. Es la típica sociedad tribal.


En el mundo moderno, cuando las personas empiezan a especializarse en alguna actividad la solidaridad se da de manera orgánica. Esta es en la cual el consenso, es decir la unidad coherente de la colectividad, resulta de la diferenciación o se expresa en ella. “La fuerte especialización de cada individuo origina una gran interdependencia, base de la cohesión y solidaridad grupal, de las personas con su sociedad” (Durkheim, 1967: 64). Los individuos ya no son semejantes, sino diferentes; y hasta cierto punto precisamente porque son distintos se obtiene el consenso. Esto es aplicable hasta a las situaciones más cotidianas, nos dice Durkheim, como la amistad, “Buscamos entre nuestros amigos las cualidades que nos faltan, porque, uniéndonos a ellos, participamos de cierta manera de su naturaleza y nos sentimos entonces menos incompletos” (54)

Durkheim denomina orgánica a una solidaridad fundada en la diferenciación de los individuos por analogía con los órganos del ser vivo, cada uno de los cuales cumple su propia función, y no se asemejan a los demás, pese a lo cual todos son igualmente indispensables para la vida. (2001: 34) En ella la cohesión se funda en la diferenciación de los desemejantes que se completan recíprocamente. Conforme los miembros de un cuerpo se diferencian más, son más necesarios los unos a los otros y a la sociedad, el refuerzo de la individualidad corresponde exactamente al refuerzo de la unidad. Se presenta un debilitamiento de las reacciones de la sociedad contra la violación de las prohibiciones, y sobre todo hay un margen más amplio de interpretación individual de los imperativos sociales.

La diferenciación entre individuos trae como consecuencia la recurrencia de conflictos entre ellos, que solo pueden ser zanjados si hay alguna autoridad que fije los límites. Es la sociedad propia del industrialismo. Esa autoridad, esa fuerza externa moral, social, o normativa se denomina conciencia colectiva y debería resumir el conjunto de creencias y sentimientos comunes al término medio de una sociedad. La fuerza de esta conciencia colectiva va de la mano con la idea de extensión, cuanto más fuerte es la conciencia colectiva mayor es la indignación contra el crimen. Aquí se presenta una fuerza de coacción negativa, es decir por miedo al castigo.

A medida que la solidaridad orgánica se desarrolla, la conciencia colectiva descubre y libera una parte creciente de la conciencia individual, a la cual corresponden funciones especiales que la conciencia colectiva no puede reglamentar. Cuanto más se extiende esta parte de la conciencia colectiva, más fuerte es la cohesión que resulta de esta forma de solidaridad. “En efecto, por un lado cada cual depende más estrictamente de la sociedad conforme el trabajo está más dividido y por el otro la actividad de cada cual es más personal, conforme es más especializada” (1999: 101)

La solidaridad orgánica funciona como mecanismo de integración de dos maneras: porque está inscrita en un determinado marco normativo y porque el tipo de lazos y de vínculos de interdependencia que genera entre los individuos que interactúan, produce un tipo de obligatoriedad y de reciprocidad social, que es constitutiva de la estructura misma de las relaciones sociales. Sociedades cuyos miembros han adquirido al mismo tiempo conciencia de su responsabilidad social y de su capacidad para expresarla.

Esto nos lleva a concluir que la solidaridad orgánica es en realidad una paradoja: en una sociedad orgánica, mientras más individuales, más sociales somos. Tal contradicción aparece por ejemplo en los idearios de progreso y crecimiento personal de la educación de la clase media donde, al tiempo que se enseña la competitividad como una habilidad profesional de prioridad, se enseña también la necesidad del trabajo colaborativo. Parece, no obstante, que la motivación real de esta socialización no es precisamente el bien social, sino el individual.

Mauss ejemplifica acertadamente esta paradoja en la actividad del intercambio de regalos “La finalidad es fundamentalmente moral, el objeto es producir un sentimiento de amistad entre las dos personas en juego y si no se consigue este efecto, la operación resulta fallida” (1972: 177). Muchas veces se repiten estas prácticas sociales sin tener en cuenta el trasfondo cultural de las mismas, es una reproducción automática que se hace sin pensar, como el perro que se levanta y viene a lamer la mano de su dueño (186).

Bibliografía

· Durkheim, Emile. De la división del trabajo social. Buenos Aires: Editorial Schapire, 1967.

· --. La educación moral. México: Colofón, 2001.

· --. Las reglas del método sociológico. Navarra: Folio, 1999.

· Mauss, Marcel. Ensayo sobre el Don. Sociología y Antropología. Madrid: Editorial Tecnos, 1972

Método alemán contextualizado analizado fuera de contexto

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I. Introducción

El libro Optimal A1 para el aprendizaje de la lengua alemana es el objeto que este taller se propone analizar. Para esto nos servimos de una lección que se encuentra anexada a este taller. El objetivo del taller es dar respuesta al interrogante ¿Qué tan efectivo es el método del que se vale el libro para enseñar alemán?

II. Propuestas de instrucción

En el libro no hay una introducción en donde se presente claramente sus promesas, su método y sus beneficios. Sin embargo, en la contraportada se puede apreciar una descripción del concepto, la estructura y los componentes del libro. Nos serviremos de esta descripción para esbozar cuál sería la propuesta de instrucción del libro.

En este esbozo de propuesta no hay una enunciación clara de las promesas del libro. En cuanto al método, podemos observar que el libro trata tres temas principales: gramática, comunicación y contexto sociocultural. La forma de abordar estos temas es escalonada, con una progresión suave y siempre repasando temas claves anteriores de comunicación y gramática. Para esto el libro ofrece lecturas, ejercicios y herramientas adicionales como CDs y recursos en línea. Respecto a los beneficios, el libro ofrece preparación y profundización para el examen oficial alemán (“Zertifikat Deutsch”).

III. Descripción

La lección está dividida en dos partes principales. La primera desarrolla el tema de la lección. Este tema trata problemas, situaciones o ideas de carácter sociocultural del contexto de países de habla alemana. La segunda parte principal expone las competencias comunicativas, gramaticales, de vocabulario y pronunciación. Aquí se sigue desarrollando los temas de la primera parte pero en función de exponer las mencionadas competencias, que son el foco de la segunda sección.

Tanto en la primera como en la segunda parte se proponen varias actividades de: lectura, escucha, resolución de preguntas, juego, toma de notas, completar información, anotar vocabulario, hacer ejercicios en línea, hacer ejercicios en el libro de trabajo, resaltar con colores, ritmo, entonación, acento, melodía, completar tablas de reglas, entrenamiento para situaciones en contextos socioculturales.

A lo largo de toda la lección se puede apreciar el énfasis en tres habilidades que el alumno debe aprender. Las siguientes preguntas recogen la idea que debe quedar clara en el alumno: ¿cómo se desenvuelven los sucesos cotidianos en los países de habla alemana?, ¿cómo se comunican las personas en ese contexto? y ¿qué herramientas técnicas del alemán se necesitan para esa comunicación?

Para desarrollar los diferentes tópicos de la lección se implementan ayudas visuales como: fotos de experiencias cotidianas; folletos, tiquetes, mapas y formularios reales; ilustraciones didácticas; tablas de reglas y recuadros de información importante; señalización gráfica de excepciones y puntos problemáticos.

IV. Análisis

En la lección podemos apreciar elementos de varios de los métodos pedagógicos vistos en clase. En cuanto a la teoría, el método que prevalece en la lección se ve inmerso dentro de dos tendencias. Una es la del empirismo lingüístico y la otra es la de la sociolingüística. Tanto la una como la otra influyen directamente en los procesos de aprendizaje que el aprendiente que estudie con el libro debe seguir.

El método del libro sigue la línea del empirismo lingüístico. En la lección (y a lo largo del libro) se repite la actividad de completar tablas de reglas gramaticales. Esta actividad consiste en inferir a partir de un texto o un par de frases determinada regla[1]. De modo que un ejercicio tal está imbuido dentro del proceder que sigue un empirista lingüístico, pues éste trabaja a partir de datos sensoriales de campo que le permiten inferir una regla. Johnson expone en estos mismos términos la técnica de DISTRIBUCIÓN de estos lingüistas: “Todas las palabras que tiene la misma distribución que sometimes expresan la idea de frecuencia: qué tan seguido ocurre una acción. Con base en estas palabras, puede decirse que los adverbios de frecuencia pueden colocarse antes del verbo principal o al final de la oración”[2].

Pero el método del libro sigue a su vez la línea de la sociolingüística. Tanto en el tema que la lección desarrolla como en ciertas actividades que se plantean se puede apreciar esta influencia. Pues, por un lado, se desarrollan temas del contexto de países de habla alemana[3]. Y, por otro lado, la lección postula actividades que apuntan a solventar una de las problemáticas que diagnosticó la sociolingüística, así describe Johnson esta problemática: “Existen muchas frases y oraciones que, si es cierto que pueden expresar bien lo que un hablante quiere decir, no suelen utilizarse”[4]. La lección ataca esta dificultad con la formulación de actividades que den muestra de cómo se espera que el hablante use la lengua para comunicar PETICIONES[5].

Más en detalle se puede observar que el libro implementa el método audio-lingüístico por medio de la repetición de patrones de diálogo, pero con una mejora, pues no se utiliza la memorización sino la interacción. Es aquí donde es posible ver la aplicación de técnicas de la Comunidad de Aprendizaje de Lenguas CLT, pues se da una situación comunicativa en la cual el maestro y los alumnos están involucrados en una interacción en la que ambos experimentan su propia totalidad (Mitjans. 2006, p 5). Por último está el enfoque comunicativo por medio de la reproducción de situaciones cotidianas como la llegada al aeropuerto e indicaciones espaciales[6].

Viéndolo desde el enfoque de Kumaravadivelu, es un Método “Learner-Centered”, pues se refiere principalmente al correcto uso del lenguaje de acuerdo a las necesidades del alumno (2001, p 26), lo cual se evidencia en el entorno en el que se desarrolla la lección, el aeropuerto. Es claro que también tiene algo de post-método, pues no omite el contexto sociocultural, sino que por el contrario le da una gran importancia.

V. Diagnóstico del método

Un elemento que sería interesante incluir en el texto le corresponde al enfoque sociolingüístico. Si bien ya se dijo que éste tiene incidencia en el método que sigue el texto, hay un elemento provechoso que el libro no explora: las dificultades que se presentan entre la L1 y la L2. Si bien el libro se esmera por dejar claro cuáles son algunas de las normas de uso del habla alemana, esto se hace dirigido a un aprendiente ideal pues no se contextualiza los problemas que el alemán presenta frente a una L1 determinada. Entonces, sería útil poder cotejar las diferencias entre los usos de la lengua de estudio y la lengua materna. De esta manera se enriquecería más el aprendizaje de la L2, y al mismo tiempo se crearía conciencia sobre los aspectos ya interiorizados de la L1.

También sería interesante agregarle un enfoque un poco más comunicativo, que involucre la internalización de los procesos lingüísticos y sociales de la lengua. Aplicar una pedagogía post-método, que no se enfoque solamente en el estudiante, en el lenguaje o en el aprendizaje, sino que retome los mejores elementos de cada uno. Para esto sería útil usar el diagrama de Kumaravadivelu en el cual se integren tres aspectos importantes del ejercicio del aprendizaje: la particularidad, la practicalidad y la posibilidad.

Es importante resaltar la importancia del profesor en este proceso de aprendizaje, pues si bien se ha hecho una propuesta con elementos de varios métodos, su éxito o fracaso dependerá de la manera en que el educador los aplique en el aula.

VI. Conclusión

Teniendo en cuanta que en el contexto en el que estamos aprendiendo la lengua alemana no se desarrollan situaciones genuinamente alemanas, o de país de habla alemana, no tenemos un criterio sólido para juzgar si nuestro proceso de aprendizaje con este método es efectivo o no. Pues sólo en la medida en que el medio le exija al aprendiente poner en práctica real sus conocimientos de la lengua es que se puede apreciar si el proceso de aprendizaje fue exitoso o no.

Sin embargo, en nuestra opinión el método del libro y su contenido sociocultural de los países de habla alemán despiertan interés no sólo por conocer qué tipo de sucesos culturales ocurren en esos países, sino también por ir a experimentarlos nosotras mismas. Y en este sentido sería de gran efectividad.

BIBLIOGRAFÍA

· Johnson, Keith. (2008). Algunas perspectivas del lenguaje. En Aprender y enseñar lenguas extranjeras, una introducción. México: Fondo de Cultura económica.

· Kumaravadivelu, B. (2001). Beyond Methods: Macro-Strategies for Language Teaching. New Haven, USA: Yale University Press.

· Vigo Mitjans, Ana Luisa. (2006). Breve reseña acerca de los métodos y enfoques contemporáneos del aprendizaje de lenguas extranjeras. Perú: Ilustrados.com



[1] En la página 20 de la lección anexada se puede apreciar lo dicho sobre la actividad de concluir cuáles son las reglas gramaticales a partir de textos u oraciones.

[2] Johnson, Keith. (2008). Algunas perspectivas del lenguaje. En Aprender y enseñar lenguas extranjeras, una introducción. México: Fondo de Cultura económica, 76.

[3] En la página 14 y 16 de la lección anexada se puede evidenciar esta declaración.

[4] Johnson, Keith. (2008). Algunas perspectivas del lenguaje. En Aprender y enseñar lenguas extranjeras, una introducción. México: Fondo de Cultura económica, 92-93.

[5] En la página 17 de la lección anexada se puede encontrar la actividad mencionada.

[6] Ver cita 5

Cambios en la política fiscal colombiana en los 90’s

Bajo el gobierno de César Gaviria (1990-1994), Colombia tuvo una experiencia importante de apertura económica. Las políticas económicas de este gobierno se centraron principalmente en la diferenciación del gasto público y el gasto privado[1], lo cual se vio reflejado en el sector de la salud. A finales de su gobierno, la conocida ley 100 de 1993 que proponía entre otras cosas un modelo de fondos privados y ahorro individual, propuso un cambio importante en la forma de concebir los servicios de la salud y las pensiones. Éste concepto que había sido adoptado en Chile en 1981, es una muestra pequeña de la fuerte inyección de neoliberalismo y laissefairismo que recibió nuestro país bajo este gobierno.

Entre otras cosas, el objetivo de estas múltiples reformas, era posicionar a Colombia dentro del mercado internacional, en un marco competitivo en relación a otros países, con la intención de motivar y aumentar la inversión extranjera. Colombia tomó medidas tributarias para los extranjeros tratando de facilitar y hacer más atractiva la inversión.

- Ley 6 de 1992. Artículo 2º. Fondos de inversión de capital extranjero. El Artículo 19-1 quedará así:

Artículo 18-1. Fondos de inversión de capital extranjero. Los fondos de inversión de capital extranjero no son contribuyentes del impuesto de renta y complementarios por las utilidades obtenidas en el desarrollo de las actividades que le son propias, salvo que sus ingresos correspondan a rendimientos financieros, o a dividendos que no pagaron impuestos en cabeza de la sociedad que los originó. –[2]

La apertura económica colombiana consistía en la reducción gradual de aranceles sobre las importaciones, para el impulso de la industria nacional. Buscando así internacionalizar la industria local dentro de un marco de referencia universal. Sabiendo la poca participación que Colombia había tenido hasta el momento en la economía internacional, el fin último era lograr que la participación Colombiana en el ámbito de comercio internacional, fuera provechosa para el crecimiento progresivo de la economía.

Estas medidas tuvieron diferentes consecuencias, que se pueden ver reflejadas al medir lo que representa la carga tributaria en el PIB. Si dividimos los impuestos en extranjeros e internos, vemos que en los 90’s, los impuestos externos representaban menos del 2% del PIB nacional, mientras que los internos oscilaban entre el 7% y el 8 %. [3]

La gráfica 1 muestra también el crecimiento de las importaciones en el periodo del los años 90’s[4]. Podemos inferir que esto se debe al artículo 2 de la ley 6 de 1992, que favorece a la inversión extranjera. La política neoliberal, adoptada por el gobierno colombiano en esa época, buscaba aumentar la cantidad de exportaciones para el mejoramiento de la calidad de vida del pueblo colombiano. Todo esto bajo la Influencia de la escuela monetarista y los ideales del BM y el FMI.

Así se permitió el libre comercio con otros países, en un intento de buscar una “internacionalización económica”, una disminución de la inflación, el fomento de la industria nacional y la libre competencia. Para 1990 las tasas arancelarias se redujeron del 26.6% al 23.5% y su promedio pasó del 23.2% al 18.0%.Se establecieron aranceles del 20% y 30% para los bienes de capital y materias primas e insumos consumidos por la industria y producidos internamente. De igual manera, se fijaron impuestos del 50% para los bienes finales producidos nacionalmente y del 0.1% para los bienes de capital y materias primas para la agricultura. La disminución de las tasas arancelarias estuvo acompañada de una reducción de la sobretasa generalizada a las importaciones del 18% al 16%.[5]

Incesantemente, se siguieron bajando las tasas arancelarias obteniendo resultados graduales en el incremento de la sobretasa y con ella la inflación. Esto debido al aumento constante de la importación, sin tener en cuenta el crecimiento de la exportación, siendo el incremento de las importaciones del 10% (hablando únicamente de bienes de consumo) versus un incremento mínimo de exportaciones.

Las medidas que se tomaron al aumentar la inflación fueron las siguientes: se mantuvo la tasa arancelaria, se incrementaron los precios internos y se redujo el gasto público. Al reducir el gasto público, se desmejoró el consumo de los productos internos y llegamos a uno de los puntos más críticos de las consecuencias de las políticas emprendidas. Colombia sí empezó a jugar un rol más importante en el marco internacional, sin embargo no a favor de su propia economía.

A la luz del estado lamentable de la industria colombiana, el gobierno volvió a tratar de favorecer a los inversionistas internacionales a través de la ley 9 de 1991. Aquí se establece un poco de igualdad entre sus obligaciones (nacionales-internacionales) en los impuestos con el estado. Así vemos que el arancel promedio iba por el 9.2% y el arancel con respecto a las materias primas y los bienes de capital por el 9.6%.

El Gobierno nacional se enfrentaba pues a una crisis, dado que las multinacionales formaron un oligopolio que determinaba los precios en el mercado. Causando por supuesto menor consumo de los productos nacionales, por tanto, menor inversión en el campo territorial.

En la gráfica 3[6] se evidencia por esta época una significativa pérdida de importancia relativa del sector agropecuario, cuando en 1994 llegó a representar tan solo el 13% del PIB total. En el periodo de 1990-1996 su crecimiento anual promedio muy inferior al conjunto de la economía. Esto se debió a que el objetivo de ese momento era ponerse al nivel de los países más influyentes en el mercado internacional, concentrándose en el sector industrial y abandonando el agropecuario. A pesar de esto, factores como el inadecuado manejo fiscal, el endeudamiento externo y las altas tasas de interés llevaron a una importante caída del sector industrial.

Uno de los argumentos bajo los cuales se sustentó la política de apertura económica fue el de la necesidad de internacionalizar la economía colombiana y modernizar el aparato productivo colombiano ante su escasa proyección internacional. Sin embargo, después de ver los resultados de estas teorías Neoclásicas aplicadas durante el periodo de Apertura Económica del gobierno de Gaviria nos damos cuenta que la realidad del país es otra totalmente diferente al que había prometido estas nuevas políticas económicas.

Si bien se ha visto un incremento moderado en la producción, no se ha logrado generar más empleo; las tasas salariales (salario real) han disminuido significativamente, producto de la pérdida de competitividad de las nacionales frente a las internacionales debido a reformas como el artículo 2 de la ley 6 de 1992.

Las autoridades (el gobierno y el banco central) no han podido mantener una un ambiente favorable, y al tratar de beneficiarse con estos últimos cambios generados con sus políticas ha entorpecido los sectores más productivos del país.

Gráfica 1:

Gráfica 2:

Gráfica 3:




Referencias

- Artículo 2. Ley 6 de 1992

- http://www.col.ops-oms.org/centenario/libro/OPSestado_08.asp

- http://www.banrep.gov.co/documentos/seminarios/pdf/Politica-fiscal-sigloXX.pdf. Ver gráfica pág 14.

- http://economia.uniandes.edu.co/publicaciones/d2006-10.pdf

- http://www.lablaa.org/blaavirtual/economia/industrilatina/009c.htm



[1] http://www.col.ops-oms.org/centenario/libro/OPSestado_08.asp

[2] Artículo 2. Ley 6 de 1992

[3] http://www.banrep.gov.co/documentos/seminarios/pdf/Politica-fiscal-sigloXX.pdf. Ver gráfica pág 14.

[4] http://economia.uniandes.edu.co/publicaciones/d2006-10.pdf

Representantes Identidades e Ideologías Pedagógicas

Presentaciones de Power Point de los pedagogos más importantes en el tema de identidades e idologías:

Sobre las identidades pedagógicas

El pensamiento pedagógico puede decirse que comenzó su desarrollo desde los inicios de la humanidad. Él mismo no es más que una consecuencia del avance histórico, debido a la necesidad del ser humano de transmitir con eficiencia a sus descendientes las experiencias adquiridas y la información obtenida en sus experiencias diarias, tanto en el medio natural como en el social.

Desde entonces a través de los años se han venido forjando identidades pedagógicas por medio de las diferentes ideologías determinadas por los contextos históricos y culturales.

Primero con Pedagogía Eclesiástica, que tiene como centro la disciplina, de manera dura e indiscutible, persiguiendo, como último objetivo (pero no por ser el último, el menos importante), afirmar, cada vez más, el poder del Papa y fortalecer la Iglesia.

Después la Pedagogía Tradicional, que es cuando surge la concepción de la escuela como la institución básica, primaria e insustituible de la sociedad, educando al hombre para la lucha consciente por alcanzar los objetivos que persigue el Estado. [1]

En muchos de estos modelos estructurales los objetivos se presentan de manera tan solo descriptiva y declarativa más dirigidos a la tarea que el profesor debe realizar, que a las acciones que el alumno debe ejecutar sin establecimiento o especificación de las habilidades que se deben desarrollar en los educandos, otorgándoles a éstos últimos el papel de entes pasivos en el proceso de enseñanza al cual se le exige la memorización de la información a él transmitida, llevándolo a reflejar la realidad objetiva como algo estático, detenida en el tiempo y en el espacio, como si no contara de manera alguna la experiencia existencial de quienes aprenden, o como si los contenidos que se ofrecen estuvieran desvinculados, en parte o en su totalidad de la mencionada realidad objetiva. Constituyendo un conjunto de conocimientos y valores sociales acumulados por las generaciones precedentes y que se transmiten como si fueran verdades acabadas, disociados del entorno material y social del educando.

Es aquí donde se encuentra el pensamiento pedagógico ejerciendo su influencia en el proceso de transformación de la comunidad, sirviendo de instrumento y arma para luchar contra las tradiciones y las ideas movilizadoras para la acción de las sociedades.

Desafortunadamente, este rol social de la educación muchas veces es olvidado y dejado a un lado, dándole prioridad a cosas más banales.

“Si no deseamos volver a caer en los errores del pasado, se requiere que todas las voluntades se orienten hacia un mismo fin, que sea superior a todos los símbolos confesionales y a todas las fórmulas de partido. (…) Es alrededor de esta idea que deberá gravitar toda nuestra enseñanza. Despertar el sentimiento correspondiente, enraizarlo en nuestros corazones, desarrollarlo en cuanto sea posible, debe ser la tarea principal de la escuela”[2]

“la escuela debe ser reinventada desde la concepción que la define como un lugar para aprender y como una estructura cultural de desarrollo (…) De acuerdo con los estudios culturales actuales, es válido afirmar que la educación, la escuela y el educador, están obligados a asumir un nuevo rol como actores sociales y como ciudadanos comprometidos en mejorar la calidad de los procesos educativos”[3]

Estos dos pensamientos reflejan claramente la importancia de la pedagogía y su rol social. Algunos pedagogos domo Freinet, Dewey, Stenhouse, Montessori, Makarenko, Neill, Pestalozzi, Piaget y más recientemente Giroux con su Pedagogía Crítica, comprendieron esta importancia y propusieron teorías que revolucionaban las tradiciones ya establecidas, como el modo de ordenar un salón de clase, los temas a tratar, las salidas de campo o el hecho de no evaluar por medio de calificaciones o test[4]

.

Cada una de estas significó un cambio en la forma de pensar de los individuos y estuvo determinada por el contexto en el que se desarrolló.


Sin embargo ninguna de estas es completa, y en todas se pueden encontrar falencias, por lo que lo mejor que se podría hacer es integrar lo mejor de cada modelo en pro del mejoramiento de la educación, del educador, del educando y por ende del ciudadano en potencia.

“Educadores y educandos, liderazgo y masas, co-intencionados hacia la realidad, se encuentran en una tarea en que ambos son sujetos en el acto, no sólo de descubrirla y así conocerla críticamente, sino también de recrear este conocimiento”[5]

Los individuos estamos en gran parte determinados por la calidad de educación que se nos brindó en la infancia y es así como crecemos y desarrollamos habilidades, gustos y hábitos en torno a temas que nos agradan o desagradan, pero siempre teniendo en cuenta la forma en que fuimos educados. Las ideologías mencionadas anteriormente permean las identidades que se nos van formando desde pequeños y a través de las cuales nos vamos formando como personas, ciudadanos y miembros de una sociedad.

El pensamiento pedagógico no es trabajo de una sola institución o persona, sino resultado de una acción en conjunto de todos los miembros de la actividad pedagógica. Juntos podremos lograr una identidad pedagógica que nos lleve a la transformación cultural de los ciudadanos y por ende a una mejor convivencia en sociedad.



[1] Bedoya, J. Epistemología y Pedagogía. Bogotá: Ecoe Ediciones, 2005

[2] Durkheim, E. ‘La Escuela del Mañana’ en Educación y Pedagogía. Ensayos y Controversias. Bogotá: Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior (ICFES), Universidad Pedagógica Nacional, 1990.

[3] Pérez-Jiménez, C. “Formación de Docentes para la construcción de Saberes Sociales”. Revista Iberoaméricana de Educación. 33 (2003) : 37 – 54.

[4]Dewey , J. Democracia y Educación. Buenos Aires: Editorial Losada S.A. 2002.

[5] Freire, P. Pedagogía del Oprimido. Bogotá: Siglo XXI Editores, 1977.